Hoy os traigo un truco casero, y por lo
tanto barato, para hacer un buen exfoliante casero.
Para hacer el exfoliante necesitamos
agua tibia y una aspirina. Debemos disolver la aspirina en el agua (hay que
esperar a que esté totalmente disuelta). Aunque no hay medidas exactas es
importante hacerlo con un poco de lógica; no pongáis muchísima agua porque
entonces el efecto de la aspirina no se notara al estar demasiado diluida. Una vez
hecho el exfoliante tenemos que lavarnos la cara con la disolución que hemos
obtenido.
La cara se os quedará muy suave, limpia
¡y sin puntos negros!
Nota: Este truco también sirve para
combatir el acné.
No hay comentarios:
Publicar un comentario